Obtener la Denominación de Origen de productos alimenticios en los diferentes países de América Latina a veces puede resultar algo complejo. Bien sea por las condiciones de la economía actuales o los cambios normativos. Sin embargo desde diferentes sectores productivos se continúa trabajando para acceder a ello con la misma igualdad de condiciones.
Los gobiernos, las industrias, productores y fabricantes saben que un sello de origen les permitirá destacar en un mercado local e internacional tan competitivo.Más aún, cuando nos encontramos frente a un mercado exigente, en el que cada vez más los consumidores demandan este tipo de certificación de los productos que consumen.
Sin embargo prácticamente ninguna DO ha implementado las herramientas necesarias para garantizar al 100% su procedencia, lo que puede generar ocasiones de intrusismo y fraude.
Pero y ¿qué es una Denominación de Origen?
La Denominación de Origen o DO es un sistema mediante el cual se reconoce una serie de características únicas de los productos que se producen dentro de un área geográfica, considerando factores naturales, climáticos y humanos. Dichas cualidades están respaldadas por las tradiciones y la conservación de las comunidades vinculadas a esa zona.
La DO garantiza el cumplimiento normativo y estandarizado de unos procesos y requisitos asociados con dicha DO. De esta manera se logra que la información sobre la procedencia, la manera de cultivar o de tratar un producto esté controlada.
Denominación de Origen en Latinoamérica
El desarrollo de Indicaciones Geográficas (IG) y de Denominaciones de Origen (DO) es algo relativamente reciente en Latinoamérica. Se comenzó a impulsar a través del Acuerdo sobre los aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC), a partir de 1995.
Colombia: líder en denominaciones de origen
Actualmente Colombia es el país con más denominaciones de origen en la región, con 29 en total. Se destacan: el Café (por supuesto), el Queso Paipa, el Bocadillo Veleño, el Bizcocho de Achira del Huila. Las flores: el clavel, la rosa y el crisantemo. Las artesanías de San Jacinto y de los indígenas Wayúu. Y las más recientes: el Cangrejo Negro de Providencia y la Cerámica Negra de la Chamba.
En este país el único encargado de autorizar la Denominación de Origen es la Superintendencia de Industria y Comercio.
Perú: gran variedad de exportación
Actualmente Perú cuenta con 10 denominaciones de origen, (DO), otorgadas por la Dirección de Signos Distintivos (DSD) del Indecopi. Entre ellas están: el Pisco, la cerámica de Chulucanas, el maíz blanco de Urubamba, el pallar de Ica, el café de Villa Rica, Zapallo Loche de Lambayeque, Maca Junín Pasco y Cacao de Amazonas Perú.
Todos estos productos se exportan a mercados internacionales.
Caso Chile y la Denominación de Origen de sus vinos
El Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI) creó el Sello de Origen con el objetivo de dar valor a los productos de calidad elaborados por las comunidades.
Este sello de Origen certifica y distingue las tipologías de derechos de propiedad intelectual. Los productos pueden obtener cuatro tipos de sellos: denominación de origen, indicaciones geográficas, marcas colectivas y marcas de certificación.
Entre los productos que han obtenido esta protección se destacan: la sal de Cáhuil, Boyeruca y Lo Valdivia y los tomates limachinos.
Sin embargo, un artículo publicado en la Revista Iberoamericana de Viticultura, Agroindustria y Ruralidad llama la atención sobre la necesidad de avanzar en DO para los vinos: “La Ley 18.455 Decreto 464 “Zonificación vitícola y denominaciones de origen” para los vinos chilenos, dista de ser efectivamente un sistema de reconocimiento y protección a las DO” (Rojas, Gonzalo 2016).
El informe destaca que esto puede resultar un inconveniente puesto que se siguen viendo etiquetas que no diferencian entre una IG y una DO. Es decir, que más allá de la procedencia de las uvas, no se indica lo relacionado a la pureza del producto, su regulación o aspectos relacionados con el patrimonio.
La ley determina varias zonas vitivinícolas, entre las que se reconocen: Pisco (destilado de uva producido en el Atacama y Coquimbo); Pajarete (Do. del norte del país), Vino asoleado (DO de la zona centro-sur). En alusión a denominaciones de origen se destacan diferentes valles, como: Maipo, Cachapoal, Colchagua, entre otros.
Actualmente la industria chilena está promoviendo la DO Puente Alto como una de las grandes denominaciones de origen del mundo para la producción de vinos de base cabernet sauvignon (El Mostrador, 2022).
En este país, el “Certificado de denominación de origen” de uvas y vinos es emitido por las empresas certificadoras autorizadas por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG).
Denominación de Origen y Blockchain: cómo garantizar la procedencia de los productos que forman parte de una DO
Toda la información del ciclo de vida de los productos y su procedencia puede ser validada con tecnología blockchain. Esta aporta una estructura matemática para almacenar datos de una manera que es imposible de falsificar, para ofrecer la mayor transparencia posible con el objetivo de proteger a los productores y los consumidores.
La trazabilidad mediante la tecnología Blockchain es una manera segura e inmutable de garantizar la procedencia de los productos que conforman una Denominación de Origen.
Afortunadamente ya existen las herramientas necesarias para hacerlo y están al alcance de todos. Solo hay que implementarlas para garantizar en un 100% la procedencia de un producto y eliminar así a los que buscan aprovecharse de un nombre al que no tienen derecho. Porque ¿Quién nos dice que el café o el vino que estamos comprando proceden realmente de donde dicen?
GOUZE: la solución para proteger la DO de los productos latinoamericanos
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